Transmite la fuerza de propulsión justo donde se necesita.
Domina sin problemas fuertes pendientes, trayectos por terrenos sin asfaltar o resbaladizos y carreteras en condiciones difíciles: la tracción integral variable posibilita de forma totalmente automática una maniobrabilidad y comportamiento de marcha óptimos. Si existe peligro de subviraje o sobreviraje, se activa para estabilizar el vehículo. En zonas montañosas, principalmente los vehículos pesados se benefician de un mayor control al arrancar y maniobrar. Puesto que, con la tracción integral, también aumentan la altura libre sobre el suelo y la profundidad de vadeo, podrás enfrentarte a rampas más empinadas y contar con un mayor ángulo de ataque, lo que supone una ventaja sobre todo en caminos sin asfaltar y zonas de obras.