Herrador: un trabajo manual especial.
De loco de los caballos a herrador.
Herrador, una profesión soñada.
«Zapatos» a medida para ungulados.
Una vez en la granja, Wolfgang pasa por delante de varias caballerizas. Sus «clientes» son unos 200 caballos de los que se ocupa regularmente. Las herraduras se deben cambiar cada seis u ocho semanas. «Para los caballos, las herraduras son como zapatos los protegen de lesiones en las pezuñas», explica, y continúa: «la responsabilidad del herrador es encargarse de que el animal se sienta cómodo para que pueda entrenar y practicar su deporte».
Los caballos no están acostumbrados a que los herren, así que primero hay que convencerlos. Todos los herradores se han llevado una coz o un pisotón en el pie. ¿El secreto para tratar con los animales? «Estar relajado, acariciarlos y darles zanahorias, eso ayuda a destensar la situación», contesta sonriendo. Los caballos notan cuando alguien está nervioso o tenso.
Artesanía atemporal en lugar de herraduras viejas.
«Cuando herré un caballo por primera vez, me sentí muy orgulloso, aunque el resultado no fue perfecto», recuerda Wolfgang. Su formación lo marcó: aprendió con un viejo herrador que practicaba la profesión según la manera original. En este trabajo de 2.000 años de antigüedad, la tradición se escribe con mayúscula. La técnica de herrado es prácticamente la misma que hace cientos de años. Su maestro le enseñó mucho de esta artesanía, por ejemplo ,que la actitud frente a los animales es muy importante. Ahora, Wolfgang transmite sus conocimientos a la siguiente generación formando a nuevos herradores. Así mantiene la tradición de una profesión cada vez más escasa.
6 pasos para conseguir una herradura a medida:
1. Observar al caballo en movimiento y ver su equilibrio le da al herrador mucha información sobre cómo hay que herrarlo. | ||
2. Preparación de la herradura: primero hay que retirar la herradura antigua. La uña que ha ido creciendo desde el último también se retira y se lima la pezuña. | ||
3. La herradura nueva se calienta en el horno y se da forma sobre el yunque. Cuanto más caliente, más fácil será de trabajar. | ||
4. A continuación se enfría la herradura. Opcionalmente, se puede añadir un hilo de hierro para impedir que la herradura se caiga de la pezuña. | ||
5. Clavar: por último, la herradura se fija a la pezuña con clavos. Para terminar de forma más limpia, las cabezas de los clavos que sobresalen se cortan con unas tenazas. | ||
6. El último paso del herrador consiste en comprobar la pisada del caballo, para ver si la herradura está puesta correctamente o si hay que hacer correcciones. |