Servicio de entrega de productos ecológicos.
Laiseacker al principio: adelantada a su tiempo.
Directamente del campo a la Mercedes-Benz Sprinter.
Vuelta a Wurtemberg desde Hesse.
La joven pareja siguió la llamada que salía de Wurtemberg. Cuando Gudi y Patrick Butz se hicieron cargo de la granja hace 30 años, aún iban a mercados, igual que el padre de Gudi, Eugen Kurz, Internet estaba dando sus primeros pasos y las tiendas online eran casi ciencia ficción. «Los pedidos se hacían por teléfono o por fax», cuenta Tabea, de 27 años, recordando su niñez. También se entregaban papeles a los conductores de Laiseacker con el pedido de la semana siguiente.
La caja ecológica se vuelve online: traslado a la red.
Al principio, los padres de Tabea llenaban las cajas en un pequeño granero y el trabajo administrativo se hacía con papel y boli. Caja a caja, la tienda y la gama fueron creciendo. En 1995, la granja se pasó al ordenador. La empresa también asumió el papel de pionero en cuanto a la tienda online. «En cuanto al trabajo manual de jardinería y agricultura, no ha cambiado nada. Siempre será parte de nosotros», destaca Tabea. Actualmente, los pedidos también se realizan a través de servicios de mensajería. Los clientes también pueden pasar directamente por la idílica tienda de la Laiseacker.
Aunque suena a historia de éxito perfecta, también ha habido que superar resistencia. Cuando la pareja Butz cambió la granja a producción ecológica «por convencimiento» a finales de los años 80, comenzó a plantar verduras y quisieron llevar los productos directamente a los clientes, muchos los tacharon de locos. El tiempo y él éxito han dado la razón a la granja ecológica, hasta le han salido imitadores. Hoy, se puede encontrar fruta y verdura de cultivo ecológico en cualquier supermercado. «El interés por los productos ecológicos hace tiempo que ha dejado de ser marginal, ahora es tendencia», comenta Tabea. «Hemos pasado de ser locos a pioneros».
El lado oscuro de la ola ecológica.
Tabea se alegra mucho del desarrollo positivo en el sector, por supuesto. Sin embargo, también conoce el lado oscuro de la «ola ecológica», como la llama la joven. «Nuestra empresa lleva 30 años transmitiendo valores como honestidad, sostenibilidad, transparencia, conciencia familiar, tradición y salud. Todas esas palabras se han convertido en reclamos y se han utilizado millones de veces de forma deshonesta».
La empresa familiar lucha contra la nueva competencia. «Nosotros fuimos quienes empezamos con las entregas y no vamos a dejar que nos aparten», dice Tabea Sanzio. Laiseacker sabe demostrar esas palabras con hechos: con un trato ético a las personas y la naturaleza, ecológico y de comercio justo, ese es su reclamo. Tabea lo explica así: «conservar la naturaleza y cultivar verduras saludables, rechazar los monocultivos y mantener la variedad actual en los campos a largo plazo, seguir siendo una empresa familiar que comercializa directamente y no ser víctimas de los grandes grupos, esa es la tarea que nos hemos impuesto».
Empresa familiar con 75 empleados.
Hoy, la empresa emplea a 75 personas, la mayoría a tiempo parcial. «Así, los empleados pueden conciliar el trabajo y la familia de la mejor manera posible». La empresa es como una gran familia. «El trabajo abarca muchas áreas: cuidar del campo, hacer cajas, la tienda y trabajo administrativo», enumera Tabea. Y, por supuesto, llevar los pedidos a los clientes. «Cada día servimos a entre 600 y 700 clientes. Cada cliente encarga entre una y 20 cajas». Pronto por la mañana, las cajas se llenan con los productos ecológicos de la granja individualmente en función del pedido. «Cada producto se comprueba a mano, se mira y se toca, y solo entonces se mete en la caja», cuenta la joven empresaria; luego, el parque móvil de Sprinter lleva la «flota de cajas» a los clientes de la zona suroeste de Alemania.
Dado que los pedidos varían de semana en semana, los responsables de transporte y los conductores de Laiseacker planifican cada viaje individualmente. Lo especial: a pesar de que la distancia que cubren las Mercedes-Benz Sprinter es muy grande, cada una de las furgonetas recorre de media solo 0,9 kilómetros a cada cliente. «Eso es mucho menos de lo que nuestros 3.200 clientes tendrían que recorrer para ir a agricultores ecológicos regionales para comprar», afirma Tabea Sanzio. «Estamos muy orgulloso de ese número y animamos a los interesados a que no se dejen atemorizar por la palabra "suministrar"». Al contrario: «entregar pedidos no tiene por qué ser perjudicial para el entorno, al contrario».
El parque móvil de Laiseacker comprende nueve Sprinter.
Laiseacker cuenta con nueve furgonetas con la estrella. «Los viajes y los vehículos son básicos para nuestro negocio», explica Tabea Sanzio. «Todo debe encajar: los vehículos tienen que ser fiables; la fruta y la verdura, y también la carne y el pescado, tienen que llegar frescos al cliente, y en el camino corto, para cuidar del entorno». Por eso, se eligió con toda la intención Mercedes-Benz y la Sprinter con los sistemas de refrigeración adecuados. Tabea lo explica: «En la Sprinter, todo encaja. También el confort de marcha y el equipamiento son intachables».