Uno de los últimos fabricantes de tijeras del mundo. | Mercedes-Benz Vans

Uno de los últimos fabricantes de tijeras del mundo.

Cinco generaciones y 116 años de tradición y calidad contra la quiebra: Paul Jacobs está convencido de que la artesanía de tijeras no puede extinguirse.

Del mundo digital a la artesanía tradicional.

Paul Jacobs estaba buscando su propia marca. El desarrollador de software holandés quería encontrar un producto que pudiera ver y tocar, en contraste el mundo digital en el que se movía. La casualidad quiso que encontrara una fábrica de tijeras en Sheffield. La empresa familiar Ernest Wright llevaba 116 años produciendo tijeras de calidad elevada, hasta que en 2018 se vio casi en quiebra. Paul y su socio Jan Bart tardaron solo una hora en decidirse a comprar la empresa. ¿Por qué la salvó? «Me enamoré enseguida. Productos como la bici, los clips o las tijeras nunca pasan de moda. Además, todo el mundo tiene unas tijeras en casa».

El amor por el detalle es atemporal.

La empresa, que tiene máquinas del año 1936 aún en funcionamiento, esperaba un impulso de innovación. Paul y Jan mejoraron los procesos y renovaron las máquinas. «En lugar de trabajar con el método de ensayo y error, hemos definido procesos fijos», dice Paul. Gracias a su experiencia en software, crearon una página web y una tienda online. Sin embargo, algo que no ha cambiado en 116 es el amor por el detalle en la fabricación de tijeras. «En los talleres se siente la pasión y el amor de los artesanos. Esto también se refleja en los comentarios de nuestros clientes. Recibimos cartas, e-mails, incluso algunos clientes vienen exclusivamente a recoger personalmente su mercancía, por ejemplo, desde Australia».

 

Un nuevo capítulo en la fabricación de tijeras.

Después de comprar los activos y alquilar el edificio, Paul y Jan recompraron todas las máquinas y volvieron a contratar a los empleados despedidos. «Era el momento de convertirse en parte de la historia de Ernest Wright», cuenta Paul. Al principio, hubo mucho escepticismo en torno a los nuevos propietarios. «Es una historia extraña. Después de 116 años, estás casi en quiebra y, de pronto, llegan dos holandeses sin experiencia alguna en ese campo y te prometen un montón de cosas. Por supuesto, los trabajadores desconfiaban al principio», recuerda Paul. Cuando compraron un dispositivo de extracción para mejorar las condiciones de trabajo, se disiparon las dudas. «De pronto, se dieron cuenta de que íbamos en serio, y desembalaron sus herramientas».

Aquí se escribe una historia con tradición.

El arte de fabricar tijeras sigue vivo en la empresa Ernest Wright de Sheffield. 

Tijeras de Sheffield: artesanía tradicional de lo más afilado.

De Holanda a Inglaterra y vuelta. Con el Brexit, Paul y Jan se han decidido por un pequeño almacén en Holanda y un lugar en Sheffield entre los que transportan el stock. De modo que tienen unos cuantos kilómetros a sus espaldas. El Mercedes-Benz Clase G con el que viajaban al principio empezó a quedarse pequeño para ello. «Así que nos pasamos a la Mercedes-Benz Sprinter», cuenta Paul. «El vehículo es perfecto para nosotros. Va rápido, suave y fiable. Además, es cómodo y, sobre todo, espacioso». Al igual que a la calidad de las tijeras de su empresa, Paul le da mucha importancia a la calidad del medio de transporte. «No hemos tenido que hacer ninguna transformación a nuestra Mercedes-Benz Sprinter. Las ocho hora de viaje pasan volando».

El arte de fabricar tijeras:

    1. Forja:
La forma de la cuchilla se forja en acero en una estampa. La estampa tiene un orificio para poder alinear y ajustar ambas mitades de forma sencilla y precisa.
    2. Afilado:
una máquina de más de 50 años quita la primera capa de material. Luego se realiza otro acabado a mano. Ahí, las cuchillas reciben la primera forma con borde cortante. Se pasa una esmeriladora de cinta sin fin por el asidero de la hoja para pulir el lado interior.
    3. Templado y vibración:
Luego, se templan las cuchillas. En función del modelo, se templan con sal o con vacío. Ambos métodos tienen el mismo resultado: una cuchilla templada que mantiene el filo durante mucho tiempo. A continuación, las mitades templadas pasan la noche en una máquina de desbarbado y pulido, el llamado vibrador. Así se eliminan las marcas del pulido y las cuchillas obtienen su aspecto liso.
    4. Montaje:
Las hojas están listas para montar. Es una tarea delicada en la que hay que describir la curva perfecta para cada hoja. Un trabajo de alta cualificado que lleva años aprender y que marca la diferencia entre unas tijeras producidas en serie y unas tijeras artesanales.
    5. Bordeado y sellado:
Una vez que las tijeras están unidas, se les aplica el borde afilado. Ambas hojas se cierran por primera vez con un movimiento rápido.
    6. Pulido, control de calidad y grabado:
Después del pulido a alto brillo, el responsable de control de la calidad examina todas las tijeras terminadas. Solo cuando se han comprobado y autorizado el rendimiento y el acabado, se graba el nombre «Ernest Wright».

Trabajo manual contra producción en serie.

Paul Jacobs augura un largo futuro para las tijeras de Ernest Wright. Sobre todo, ve una tendencia en la generación más joven: «la sociedad del usar y tirar está pasada de moda. Ahora, la gente se preocupa más por el entorno y por la sostenibilidad de los productos que utilizan. Se plantean la pregunta: ¿quiero volver a comprar un producto una y otra vez, o mejor uno hecho a mano y que va a durar toda la vida? Para eso no hace falta ser rico». Lo que sí falta es sucesores jóvenes para la artesanía en la fabricación de tijeras. Paul explica esto por la posible percepción de que el trabajo en una fábrica de tijeras está mal pagado y es duro. «Pero no es así. Nosotros nos tenemos producción en serie. Nuestros productos son de calidad elevada y, por tanto, más costosos, lo que se refleja también en los salarios de los empleados». Paul tiene unos objetivos claros para Ernest Wright: la expansión de la empresa, un museo de tijeras en la ciudad de Sheffield y muchas personas jóvenes que se interesen por el arte de fabricar tijeras.

Calidad llama a calidad.

La Mercedes-Benz Sprinter suministra a los fabricantes de tijeras los utensilios de trabajo necesarios.    

 

En fila.

 

Cada una de las tijeras de Ernest Wright refleja más de uno siglo de experiencia, pasión y carácter.    

La Mercedes-Benz Sprinter como vehículo para tijeras.    

La historia de la fábrica de tijeras Ernest Wright demuestra por qué se hizo famoso el acero de Sheffield.

Mano a mano.

Entrega directa en el taller: el artesano de tijeras Cliff espera producto en bruto.

Fotos:

Louis Cieplik

Enlaces para más información:

Ernest Wright Scissors – ernestwright.co.uk, Instagram, Twitter  

Las transformaciones que se muestran están realizadas por proveedores externos. Mercedes-Benz no ha revisado los proveedores y las transformaciones. Las imágenes no suponen ninguna evaluación del proveedor ni de las transformaciones por parte de Mercedes-Benz.