Artesanía en la sangre.
Por amor al cristal.
Ser cristalero es la profesión perfecta para Hans Hudler-Oswald. «Nunca estamos demasiado tiempo en la misma obra», justifica su pasión por la cristalería. La enorme diversidad y variedad le han hecho transmitir su amor por la artesanía: «hoy reparo la puerta de una habitación, mañana la pared trasera de una cocina o un antetecho y pasado mañana una fachada». Le da mucho valor al trabajo manual. «Nuestros aprendices tienen que practicar todos los pasos con las manos, cualquiera puede pulsar botones», explica Hans. Como instructor y formador, lo importante para él es que los aprendices se diviertan y aprendan algo, sin importar si después se quedan en Bayernglas o si cambian de empresa. Por supuesto, Hans prefiere que los oficiales se queden cuando acaban su aprendizaje.
El mejor amigo del cristalero.
Fascinación por el cristal.
Furgonetas poco habituales.
Un parque móvil a imagen y semejanza de la empresa.
A Hans Hudler-Oswald le encanta la nueva Sprinter. La estética elegante y moderna destaca a primera vista. Sin embargo, no es la única razón de la fantástica simbiosis de Bayernglas y la Mercedes-Benz Sprinter. Para la moderna empresa de cristalería, con su amplia zona de acción, el confort de marcha de la Sprinter convierte los caminos largos en una experiencia relajada. Cuando atienden pedidos en el centro de la ciudad o tienen que circular por estrechos callejones de pueblos, la cámara de marcha atrás de alta resolución es de gran ayuda. Bayernglas quiere distinguirse de las clásicas cristalerías, no solo en lo relativo al parque móvil, sino sobre todo en cuanto a la gama de productos. El cristal tiene muchos más usos además de para ventanas: paneles de separación de cocinas, duchas o escaleras de cristal son algunas de las múltiples posibilidades de este fascinante material, de modo que Hans nunca se aburre de trabajar el cristal.
Fotos:
Robert Birnbaum
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Bayernglas - https://www.bayernglas.de/, Instagram