
Simbiosis de hombre y técnica: la furgoneta como ampliación del horizonte de la percepción.
Niebla espesa, cruces sin visibilidad, curvas pronunciadas; cuando nuestros sentidos llegan a su límite, los sensores entran en juego. Así como ver, oír o sentir son el resultado de procesos altamente complejos, una furgoneta Mercedes-Benz también reúne miles de piezas de información en un todo significativo en una fracción de segundo.
Sensores: los órganos sensoriales electrónicos.
La medición del espacio.
Esto es posible en primera instancia gracias a sensores de radar. Estos escanean las condiciones del vasto entorno y miden distancias en relación a la velocidad. Para ello, el sistema envía ondas de radiocomunicación electromagnéticas en la gama de fercuencia de radio a modo de señal primaria. Los objetos del espacio reflejan estas ondas y las devuelven en forma de eco. Este tipo de medición del entorno se conoce del reino animal. De este modo se orientan, por ejemplo, los murciélagos, mediante ondas sonoras y señales de eco.
Este método es imprescindible especialmente para el funcionamiento del asistente activo de distancia DISTRONIC. El sensor de radar del parachoques delantero mide la distancia idónea al vehículo precedente, así como la diferencia de velocidad entre los vehículos. De este modo, tu furgoneta mantiene siempre la distancia necesaria y puede frenar y acelerar de manera autónoma. Además de los sensores de radar, se usan sensores de ultrasonidos. Estos tienen un alcance menor, por lo que son perfectos, por ejemplo, para supervisar el ángulo muerto.
Percibir el entorno.
Los sensores lidar son relevantes, entre otros, para servofrenos de emergencia como el asistente de frenado activo. Emiten haces de luz cuyos datos proporcionan información sobre las distancias y los obstáculos en el entorno cercano. Las cámaras trabajan con sensores de vídeo y software de detección de imagen. De este modo, es posible distinguir entre un vehículo circulando por delante, un animal en movimiento o un árbol. Una cámara situada detrás del parabrisas graba constantemente la carretera que tenemos delante. De este modo, el detector activo de cambio de carril puede advertir en caso de deriva accidental. Para ello, los campos de visión de los distintos sensores se superponen y se apoyan entre sí. En el siguiente paso está nuestro mayor reto técnico: con la denominada fusión radar, se crea una interacción con la que los distintos sensores se complementan de manera óptima.
El papel del conductor.
Los procesos de los sensores que tienen lugar en segundo plano en una furgoneta de Mercedes-Benz son altamente complejos. Pero la información que llega finalmente al conductor se entiende de inmediato. Gracias a los sistemas interactivos de seguridad y asistencia a la conducción, el vehículo activa sus sentidos: le permiten oír, ver o sentir algo. Y justo cuando la información obtenida y procesada por los sensores indica situaciones de peligro y, como consecuencia, deben iniciarse determinadas reacciones. Y que, por más moderna que sea la tecnología, el conductor siempre se implica activamente en lo que ocurre.
Hombre y técnica: fortaleza en equipo.
Así ayuda el control de ángulo muerto basado en radar con Rear Cross Traffic Alert al conductor al indicar un cambio de carril y al aparcar marcha atrás. Cuando entra un objeto en el ángulo muerto, el sistema emite una señal acústica a alto volumen y hace que una señal de advertencia roja parpadee en el retrovisor exterior. El retrovisor exterior digital con cámara de 360 grados integrada facilita la vista del ángulo de visibilidad bloqueado. Si el conductor se sale del carril, el detector activo de cambio de carril hacer que el volante vibre fuertemente hasta que el conductor hace una corrección. Otro ejemplo son los sensores de ultrasonidos situados en los parachoques delantero y trasero que se utilizan para la ayuda para aparcar activa PARKTRONIC, y que advierte con señales acústicas y ópticas sobre objetos difíciles de detectar.
Sensores a modo de séptimo sentido.
Fotos:
Daimler Global Media